miércoles, 26 de agosto de 2015

Encajar lo que no es

Cuando tratamos de encajar piezas de rompecabezas diferentes, cuando intentamos forzar aquello que no es... que no entra, que no sirve... allí es cuando duele. 
Es como obligar a los pies a caminar con zapatos de talles más pequeños. El apriete, tarde o temprano, termina llenando nuestro cuerpo de callos y lastimaduras. Termina haciendo que cada paso sea lleno de dolor y de tristeza. 
Nadie nos lastima. Somos nosotros quienes intentamos meternos dentro de situaciones que no tienen espacio para contenernos. Que nos aprietan, y que limitan nuestro potencial para andar. Y, como sucede cuando algo es muy forzado y se trata de encajar a la fuerza... nos lastimamos y terminamos rompiendo nuestro corazón en mil pedazos.
Quizá sea el capricho, quizá sea el amor por viejos objetos que ya no son para nosotros, quizá sea el miedo a no encontrar alguno adecuado... pero de nada sirve mantener situaciones, personas, y cosas que no nos dejan expresarnos en todo nuestro potencial.
Daiana Slipak



Para que siempre me recuerdes.

Si alguna vez me enojo, perdóname si te castigo. Es tan solo miedo a perderte. Me enojo porque no tengo la valentía de permitirme ser vulnerable. Me enojo porque me he caído, y duele. 
Sostén la palma de mi mano y guíala profundamente hasta el fondo de tu corazón. El enojo no es más que miedo desviado. Si hacés eso, mi dolor se irá.
Y cuando veas que la rutina se apodera de mí, no me dejes terminar los días. Que no pasen sin intentar ser feliz, sin haber crecido un poco, sin haber amado un poco, sin haber soñado un poco... No me dejes andar sin risa, dormir sin sueños ni levantarme sin esperanzas. Una vida sin sueños no merece ser llamada vida, sino muerte.
Y cuanto más alto vuele, en el vuelo de la vida... y mis alas se muevan allí donde se encuentra el cielo... más insignificante pareceré a los ojos de los demás, que caminan por lo bajo. Recuérdame que a eso no se le llama pequeñez; se le llama humildad.
Si alguna vez corro para convertirme en una persona de éxito, dime que vaya con cautela... pero, en cambio, empuja mi paso para que corra cada vez con más prisa y así lograr volverme una persona de valor.
Cuando me cierre en mis asuntos, recuérdame que el amor no se alimenta de pensamientos. La única forma de llegar al corazón es a través del corazón mismo. Cierra mis ojos para que pueda volver a verte. Hagamos de la comunicación un modo de vida. ¿Cuántas relaciones se rompen por palabras que no se escuchan, por gestos que no se tienen, por abrazos que no se dan?
Y si alguna vez el miedo me inunda, y ya no sé para dónde avanzar... conviértete en mi puente y llévame del otro lado. Si estás cerca, tendré el coraje de experimentar el temor de no saber qué. Hondo, bien hondo, en los pozos negros que no animamos a explorar... ahí donde está oscuro y abundan los fantasmas.
Enséñame que no se trata de casualidad, sino destino. Y que no se encuentra, sino lo que se busca. Y no se busca sino el espejo de lo que está en lo más profundo de nuestro corazón.
Habrán veces que sentiremos la relación retroceder algún peldaño. Para ese entonces, recuérdame que, antes de avanzar, al igual que le sucede a una flecha que está a punto de ser lanzada hacia adelante, resulta obligatorio volverse hacia atrás.
Y cuando necesitemos estar solos... Para repasar quién fuimos, para encontrarnos con quién seremos... tengamos la paciencia necesaria para transitar estos encierros. Invitemos a la soledad a nuestras vidas, para que la espera produzca dulces reencuentros, llenos de superación personal.
Si algún día me siento derrotada por el fracaso, enséñame que él será pasajero. Ayúdame a reconstruirme. Haz lo mismo cuando triunfe, porqué cuando piense tener todas las respuestas, Dios me cambiará todas las preguntas.
No dejes que crea que ha sido únicamente mi obra. Dime permanentemente que Dios es el principal socio en cada proyecto que emprendemos. La soberbia se manifiesta en quienes fracasan en tercera persona y triunfan en primera. Recuérdame siempre la majestuosidad de Dios en cada paso de la vida e invítame a valorar la belleza de las cosas simples con las que Él me bendice. Un atardecer, un plato de comida caliente, un abrazo de consuelo, el juego con un niño...
Y cuando lleguen esos días en los que ya no haremos el amor (pero el amor seguirá haciéndonos a nosotros). Cuando llegue esa tristeza hermosa de acabar juntos la vida.
Cuando no reconozcamos nuestros jóvenes rasgos perdidos en el rostro de la vejez, pero memoricemos cada frunce y arruga que se dibuja cuando nuestras manos se toman entre sí.
Y como la fruta que madura y se aleja de su árbol.
Y como un barco que se aparta cada vez más de la orilla hasta perderse.
Y ya no se ve.
Así también continuaremos viaje hasta el fondo del horizonte.
Para perdernos, y reencontrarnos del otro lado del mundo.
Daiana Slipak



Ser felices

"¿Por qué dejamos pasar oportunidades para ser felices? ¿Se trata de miedo? ¿Será porque adentro hay demasiada luz? La luz puede ser maravillosa ya que nos permite ver. Pero, la luz no solo resalta las cosas hermosas de la vida; también nos muestra todo aquello que está defectuoso a la vista.
El amor tiene ese problema. Para hallarlo hay que enfrentarse a esa luz reveladora. ¿Quién está dispuesto a bucear en su propia oscuridad hasta hallar la luz?
La luz también produce miedo. La felicidad produce miedo, porque para llegar a ella, hay que atravesar el momento de mayor oscuridad, que se da previo al amanecer. Y, resulta que en la propia oscuridad, uno está cómodo. Uno se acostumbra, sin moverse tanto. Es que la costumbre es el mayor peligro en la vida del hombre... Tal como hace un sedante ante la enfermedad, la costumbre impide que el dolor nos movilice a sanarnos...
Evaluándolo desde la mente, algunos dirán que todo se vuelve muy difícil. Pero, quizá no lo sea. A veces se trata tan sólo de proponerse dar un pequeño salto. Al igual que sucede en una misión espacial, el 95% del combustible se gasta en el despegue. Una vez que logremos arrancar, el resto se irá acomodando por inercia..."
Daiana Slipak





miércoles, 5 de agosto de 2015

Viejas heridas

"A veces los golpes o respuestas de la vida no son tan fuertes pero, debido a viejas heridas, se sienten con mayor intensidad. 
Imagina que alguien agarrase bruscamente tu brazo. Quizás sentirías una molestia, pero no mucho más. Ahora, imagina que alguien agarrase bruscamente tu brazo herido. Sin dudas, saltarías de dolor, gritarías, llorarías, acusarías al otro de haberte dañado... 
Esta es una gran verdad: tanto mayor sea la herida, mayor será el dolor que te genere el contacto.
¿Acaso te das cuenta? El dolor no es proporcional a lo que nos sucede, sino al registro que nos ha quedado en el cuerpo, producto de la experiencia. A veces pequeños actos o palabras nos hacen estallar de rabia, de bronca, de angustia, o de sufrimiento. Pero no son estos actos los que lo producen, sino roces de viejas heridas del pasado que no hemos podido curar.
Si no logramos sanar las huellas que quedaron en nuestra memoria, difícilmente podamos dejar que nos abracen..."
Daiana Slipak



Amor, el secreto de la trascendencia.

"Dicen que al amor se lo busca. 
Eso es mentira. 
Al único que se busca es a uno mismo... 
y allí es cuando se encuentra al amor. 

Dicen que al amor se lo conoce.
Otra mentira.
Al amor no se lo conoce...
al amor se lo reconoce en una mirada eterna.

Dicen que el amor puede morir.
Pero esto tampoco es cierto.
Si muere, no fue más que amor propio...
ilusiones disfrazadas, una dosis de vanidad.

El amor trasciende al tiempo, trasciende al espacio.
Convierte lo finito en infinito.
Lo mortal en inmortal.
El reloj en eternidad.
Lo mundano en divinidad.

El amor... allí está el secreto de la verdadera trascendencia".
Daiana Slipak 



Lavando los platos sucios...

“¿Alguna vez han acumulado alguna olla o plato, dejando su lavado para el día siguiente? ¿Alguna vez se han detenido a pensar que remover la basura una vez que ha pasado el tiempo resulta mucho más dificultoso que hacerlo en el momento?
Lo mismo pasa con la vida: cuanto más dilatamos las decisiones, cuanto más postergamos nuestra propia limpieza personal y nos dejamos estar, más difícil resulta quitarnos todo lo malo que hemos acumulado...
Nos cuesta tanto quitar las manchas. Tenemos el dolor, la angustia, los recuerdos, el pasado, tan pegados en nuestro interior que duele al remover… Pero, por sobre todo, duele porque hemos esperado mucho para limpiarnos… hemos dilatado decisiones por miedo, por comodidad, por creer que algún día las cosas se limpiarían mágicamente… acumulamos suciedad y más suciedad, hasta que un día descubrimos que no se puede seguir así, que necesitamos hacernos cargo, y tomar los elementos que nos ayuden a volver a brillar con luz.
No temas las lágrimas, dijo Menjak; ellas son necesarias, ya que sirven como el agua que limpia aquello que tenemos contaminado en nuestro interior…“ 

Daiana Slipak.


Golpes

“A veces la vida nos golpea tanto que decidimos adormecernos.
Adormecerse es como un sedante en medio de la enfermedad. El sedante no cura, no resuelve nada, pero ayuda a dejar de sentir el dolor por un rato…
El problema no está en el adormecer, el problema está en que muchas veces no queremos asumir el despertar, y por ende, no dejamos lugar a nuestra curación. No queremos hacernos cargo de sanarnuestro corazón y nuestro cuerpo, porque para poder hacerlo hay que trabajar en las heridas. Y eso duele. Mucho duele. Por eso, a veces preferimos seguir dormidos. Al menos así, no sentimos angustia, no sentimos tristeza, no sentimos vacío. Esto sería magnífico, salvo el detalle de que, en tanto permanezcamos así, no sentiremos NADA. Tampoco sentiremos amor, ni felicidad, ni paz, ni la maravillosa oportunidad de estar vivos.
¡Es momento de despertar! Hay que poder sanar el corazón y el alma. Al principio dolerá un poco. Pero, si aceptamos que ese dolor es parte natural del proceso, y proyectamos un futuro sanos y llenos de vida, todo será más fácil de transitar.
Siempre habrán doctores que nos ayuden. Ellos son quienes vienen con las herramientas del amor, de la paciencia, de la escucha, del respeto hacia cada una de nuestras lágrimas. Ellos son quienes estarán allí, sosteniendo nuestros recuerdos dolorosos, y abrazándonos mientras removemos en cada una de nuestras heridas.
¡Es momento de despertar!
La vida es demasiado preciosa para perder el tiempo estando dormidos…” 

Daiana Slipak


Ayudar a los demás....

“¿Cómo puedo saber cuándo debo intervenir y cuando debo alejarme? 
Y Menjak le contestó: 
Como un auto que no arranca por sí mismo, por no tener suficiente batería, que alguien nos empuje un poco cuando estamos inmovilizados, puede hacer que recobremos velocidad y podamos volver a funcionar. 
A veces, necesitamos una persona a nuestro lado que nos empuje. A veces, no podemos solos… 
Sin embargo, hay que tener muy presente la naturaleza de la persona. Hay personas que si se las empuja, si se las apresura, se averían, sufren, y puede ser contraproducente. Incluso, si un auto tiene puesto el freno de mano, empujar lastimará a quién desea ayudar. Con estas personas, lo mejor que podemos hacer es esperar que su batería se recargue sola, o encuentren forma de hacer los cambios necesarios por sí mismas.
El amor no se mide por la cantidad que se brinda, sino por la calidad. A veces, la ausencia es amor. A veces, quedarse al lado, sin hacer nada, es amor. A veces, el silencio ayuda más que mil palabras, y una mirada comprensiva puede llenar el alma.
Entender lo que el otro necesita, por fuera de lo que nosotros queremos, es el primer paso para poder ayudarlos. Estar cerca, disponibles, con los brazos listos para acudir a empujar ante el primer llamado, es lo mejor que podemos hacer por quienes amamos…” 

Daiana Slipak. 


Diez consejos para una pareja feliz...

"Diez consejos para lograr una pareja feliz: 

1. Hagan de ese amor algo positivo para el mundo. Busquen un proyecto social en el que involucrarse. Compartan el amor que se tienen con los demás. 
2. Aprendan a ceder y respetarse. Esos son los cimientos de toda relación. 
3. Concéntrense tan solo en dar. Si cada uno se ocupa de eso, entonces, ambos estarán siempre recibiendo. 
4. Tengan sus espacios independientes. No sean posesivos. Den libertad al otro.
5. Encuentren momentos para la intimidad. Luchen contra la rutina.
6. Si reciben un ataque, no lo devuelvan. Permanezcan en silencio. Las conversaciones bajo emociones de dolor nunca son positivas.
7. No idealicen. Todas las personas nos equivocamos, y tarde o temprano, también le sucederá a nuestro compañero. De esta forma, evitamos la decepción y la frustración.
8. Perdónense. Y olviden. Cuando uno perdona, perdona. Dejen los rencores, y sigan adelante.
9. Nunca quiten estas palabras del diccionario: perdón, gracias, por favor, lo siento, te amo. Nunca den nada por sentado, no hay obligaciones. Sepan apreciar los pequeños y grandes esfuerzos...
10. No dejen de hacer el amor. Hacer el amor con el cuerpo, hacer el amor con los ojos, y hacer el amor con el alma". Daiana Slipak



No encuentro...

“No encuentro ninguna persona que me enamore, dijo un hombre. 
Y ningún trabajo que me agrade, acotó una mujer. 
Tampoco nada que me apasione, agregó otro. 
Y Menjak les respondió:
A simple vista, parecería que nada brilla afuera. Nada nos encanta, nada nos apasiona, nada nos desvela… 
Todos somos lámparas brillantes. Cada vez que tenemos miedo, una cortina se coloca sobre nuestra lámpara. Cada vez que caemos en el egoísmo, otra cortina se coloca. Todos los duelos no hechos, todas las tristezas no liberadas, todas las ansiedades, las frustraciones, la baja estima, la poca valoración… todos, colocan cortinas sobre nuestras lámparas. Y al final, ¡qué oscuro que se ve el mundo!
Cuando intentamos ver afuera, resulta que parece sucio, negro, sin vida, sin nada que nos agrade, pero… ¿está realmente oscuro? ¿Por qué no podemos ver? ¿Acaso no existe nada que brille? El problema no está afuera, el problema está adentro. El problema está en las cáscaras que nos envuelven. Por más que afuera haya mucha luz, no la veremos. Es que no debemos trabajar en el afuera. Ninguna búsqueda va a poder satisfacer nuestro deseo, porque el problema no está allí. El trabajo debe ser de adentro hacia afuera.
Recuerda, dijo Menjak; es como mirar a través de una ventana sucia y creer que el problema lo tiene el paisaje. El paisaje sigue siendo hermoso… la suciedad la tiene nuestra ventana…
Hay que aprender a limpiar… hasta que no logremos hacerlo, no podremos ver la vida con todos sus colores…” Daiana Slipak



Vacío

Siento mucho vacío dentro mío, le dijo un hombre.
Y Menjak le contestó: Las personas ubican la felicidad en cosas o vínculos que no tienen. Ahí es cuando comienzan los pensamientos del estilo "cuando él me ame voy a ser feliz", "cuando consiga comprar la casa voy a poder estar en paz".
¡Este es el más grave error humano! 
Pensar que algo nos falta genera ese vacío que da lugar a la búsqueda incesante. 
Parecería que la naturaleza del hombre es siempre querer más de lo que tiene en el presente. E incluso cuando nos sentimos contentos, muy en el fondo, percibimos algo de tristeza por lo que nos falta.
Sin embargo, la tristeza no proviene de la carencia, sino del ego que se rehusa a aceptar que tiene todo para ser feliz. En definitiva, ningún objeto ni vínculo nos harán felices; cuando tenemos algo por mucho tiempo, la costumbre lo naturaliza y perdemos el interés.
El problema no es la búsqueda, porque la búsqueda nos ayuda a superarnos y crecer. El problema es el límite. El problema es que siempre esperamos tener algo más para ser felices. Lo que hay nunca alcanza. El problema es no disfrutar lo que tenemos mientras buscamos. Y sin dudas, el mayor problema, es creer que la felicidad está afuera, sin darnos cuenta que ella es una elección interna. Es verdad; una relación o un objeto pueden generar estados de alegría. Pero de ninguna manera ellos deben SER condición para nuestra felicidad". 

Daiana Slipak.


Saber si es amor...

"¿Por qué nos resulta tan difícil saber si es amor?, preguntó un hombre.
Y Menjak le contestó:
En la elección de una pareja cuesta diferenciar de dónde vienen las emociones. Generalmente, están entremezclados los dictados del alma con las pasiones del ego.
Cuando el alma percibe alguien que añadiría luz a sí misma y al mundo, es cuando lo vuelve foco de amor.
Cuando el ego percibe alguien que a...ñadiría poder a sí mismo, es cuando lo vuelve foco de deseo.
El deseo y el amor están tan entremezclados, que cuesta mucho diferenciar qué es qué.
Sin embargo, no son lo mismo.
Si te preguntas por qué deseas estar con aquella persona, y lo que recibes como respuestas está relacionado con lo que recibes a cambio, como por ejemplo, status, seguridad financiera, o comodidad, entonces, se trata de deseo del ego. En cambio, si la respuesta está asociada con aquello que puedes dar, crecer, aprender, brindarte, construir... se trata de amor.
Recuerda, dijo Menjak: el amor no mide aquello que brinda, sino que, como la llama de una vela, al compartirse, multiplica su propia luz cada vez más y más". Daiana Slipak


Necesitamos sentido.

“No necesitamos autos caros, casas hermosas, ni la mejor tecnología, dijo Menjak.
Necesitamos sentido.
En el fondo, lo único que buscamos, es que nuestras vidas tengan sentido. A veces, creemos que el sentido nos lo dará el poder, el status, y el control que nos proporcionan ciertas experiencias y objetos materiales. Sin embargo, ello no se puede sostener, ya que el hombre siempre aspira a más, ...y más, y termina siendo una búsqueda ascendente que lo vuelve desdichado y nervioso. En definitiva, a través del reconocimiento, lo único que el hombre busca es amor. Todo lo que el hombre hace es para sentir amor. Amar y ser amado. Sentirnos queridos, creer que valemos para los demás, trascender nuestra experiencia física, dejar huellas en el mundo…
Es el sentido lo que quita el sueño al hombre. Cuando uno encuentra el sentido a la vida, le pierde miedo a la muerte. En definitiva, no nos asusta morir; nos asusta irnos de este mundo sin saber para qué se vive…nos asusta no saber para qué hemos nacido...” Daiana Slipak


¿Quién se esconde?

"¿Quién se esconde detrás de los gritos, y quién detrás de los hombros en alto?
Un teléfono caro, la nueva tecnología... tener, lograr, aparentar...
Esos que parecen tenerlo todo, pero están llenos de vacíos...
¿Quién se ríe cuando las carcajadas intentan ensordecer el llanto, cuando la verborragia busca ahuyentar los silencios del miedo, cuando una falsa sonrisa curva los más tristes labios?
¿Quién se esconde? ¿Y quién se queda?...
¿Quién aparece cuando todo alrededor se calla?
Cuando el silencio nos deja bucear en nuestra intensa mente.
Tantos fantasmas del pasado que nos invaden, y no nos dejan descansar.
¿Quiénes somos cuando nadie nos reclama, quién serías si el rechazo no importara?
El temor al abandono, a no ser queridos, a no ser amados, a no ser lo suficientemente buenos, a no ser lo suficientemente sabios.
Enterramos antes de muerto, perdemos antes de intentado, despedimos antes de encontrado, nos rendimos antes de luchado...
¿Cómo actuamos cuando nadie nos observa, cuando nadie nos exige, cuando la apariencia acaba?
¿Qué fantasmas nos persiguen, qué recuerdos nos socavan?
Rencores que encarcelan, tropiezos que paralizan...

¿Qué cambiarías si no tuvieses miedo?" 
Daiana Slipak



Escribirme una carta

Si tuviese que escribirme una carta a mí misma, estas son las cosas que me diría:
El tiempo es una ilusión. Deja de lamentarte por el pasado, suelta los miedos por el futuro. Mira qué estás haciendo, aquí y ahora. ¿Esta es la mejor versión de vos misma que podés ser?
Evoluciona cada día que pasa. Aunque sea un poquito. Todos crecemos, todos cambiamos. La naturaleza nos obliga. Pero no todos evolucionan. Evolucionar significa ser cada día un poquito mejor persona.
Haz el bien. Nunca dejes que pase el día sin haber ayudado a alguien, sin haber escuchado a alguien, sin haber abierto tu corazón a alguien. A veces nos preocupamos tanto por tener, conseguir y aparentar, que nos olvidamos que venimos a este mundo a dar amor.
Estudia. Estudia cada día. Aunque sea poco, aunque no te alcance el tiempo. Elige un libro, elige un maestro. La sabiduría es la única que puede hacernos libres de nuestro propio egoísmo.
Habla con Dios. A veces lo verás, a veces sentirás que te ha abandonado. Pero, nunca dejes de hablarle. Dale las gracias por todo. Aunque no entiendas. Aunque te duela. Con el tiempo se puede apreciar que muchas bendiciones llegan escondidas tras las lágrimas. Con el tiempo.... con el tiempo llegan las respuestas.
Nunca dejes de soñar. Sin sueños, la vida, es una vida perdida. Todo cambio, invento y descubrimiento de este mundo, se lo debemos a alguien que lo imaginó. Inténtalo... abraza a la vida, dándole valor. Y a la vida se la vive cuando se dejan ir los miedos.
Arriesga. No seas uno más de aquellos que viven preguntándose por qué no hicieron lo que debían hacer. No seas uno más de los que enterraron antes de muerto y lloraron antes de perdido...
Ama. Siempre y sencillamente, ama, porque solamente amando podrás descifrar las maravillas de la vida, de la existencia, del misterioso universo en que nacimos.
Daiana Slipak.


Miedo

"¿Cuántas veces por un miedo definido dejamos pasar oportunidades maravillosas de ser felices? Tememos al fracaso, al ridículo, al rechazo, a la no aceptación... y sin embargo, a lo único a lo que deberíamos temer es al miedo mismo. Existe un método para combatir al miedo; hay que darle tiempo al alma para hablar, a la mente para escuchar, y al corazón para dejar entrar a Dios. Es buceando en la trascendencia donde se disipan los miedos. Hay que dar lugar al amor, porque todo en este mundo se reduce en esa palabra. Todo lo sagrado de este mundo viene de su mano. La única forma de llegar a Dios es a través del amor, porque cuando existen sentimientos como aquellos se pueden encontrar rastros de la divinidad en cada momento compartido. Aprender a amar, sin temor, sin limitaciones, sin egoísmo, sin control.
En definitiva, al final todo se reduce en abrazarse mucho, respetarse, confiar en el otro, amar y dejarse amar.."

Daiana Slipak



Primeros pasos

"Nunca me había detenido a pensar que toda la vida se reduce en cómo damos nuestros primeros pasos... 
Aún cuando creemos que estamos caminando solos, atravesando las dificultades de lo nuevo y de lo que no sabemos hacer... Aún cuando creemos que caeremos y que dolerá, que el cuerpo flaquea con cada intento... Aún cuando creemos que las distancias son muy largas para nuestros pequeños pies, que los músculos nos tiemblan y las piernas no nos responden... ahí están ocultos ellos...
Papá y mamá.
Papá y mamá están detrás nuestro. A veces adelante, inspirándonos confianza. A veces detrás, sintiéndonos abandonados...
Pero ellos siempre están para sujetarnos antes de tocar fondo contra el piso.
Y también llegará ese momento de nuestra rebeldía. Y cuando corramos sus brazos porque queramos seguir solos, como a todos nos ha pasado... Y cuando tengamos la suficiente confianza para sentir que podemos sin ayuda, que somos fuertes, que somos hábiles, que podemos hacerlo por nuestros propios medios.... y cuando creamos, erróneamente, que no los necesitamos... igual ellos nos acompañarán con la mirada. Y si caemos, correrán a curarnos, a sanarnos, a consolarnos, y a darnos las fuerzas para volver a intentar.
Cuando el rostro de quienes amamos está delante nuestro, resulta más fácil esforzarnos.
Cuando otro está allí para ayudarnos, la caída duele menos.
Cuando en vez de desaprobarnos nos alientan a continuar, el fracaso no se siente tanto.
Y un día nos daremos cuenta, que así como papá y mamá lo hicieron en los comienzos de nuestro andar, Dios lo hace cada día de nuestra existencia. Y que, si bien lo hemos sentido más o menos cerca, la realidad es que nunca hemos estado solos. Él estuvo siempre allí, alentándonos con todas sus fuerzas, esperando orgullosamente a que podamos dar nuestros pasos, a que podamos alcanzar a la alegría máxima, que no es ni más ni menos, que la de aprender a caminar para llegar a alguna parte de la divinidad..."
Daiana Slipak



Dolor

La única forma de sanar el dolor es entendiendo que él vino a tu vida a traerte un aprendizaje. En el preciso instante en el que logramos en...