Respuestas

“Traté de explicarle, pero no me escucha, dijo una mujer.
Y Menjak le contestó:
Acaso, ¿te habían preguntado algo? Ese es el motivo por el cual no te escucha. Es tu necesidad darle una respuesta, no la suya.
No se le puede dar respuestas a quien no es consciente de tener preguntas.
Imagina que acabas de comer, y tu estómago ya no puede incorporar ni un bocado más. No habrá lugar para sumar nada, aún siendo una gran delicia… Y si te fuerzas, o te fuerzan a seguir comiendo, entonces, será con mala gana, o te dará una indigestión.
Para llenar, primero hay que hacer espacio...
A veces nos aferramos a lo que conocemos y no nos vaciamos para dar lugar a nuevas incorporaciones. Esto se da por tres motivos: miedo, comodidad, o culpa.
Es miedo cuando tememos que la novedad vaya a causarnos sufrimiento.
Es comodidad cuando estamos presos de ignorancia, y de un patético conformismo.
Es culpa cuando creemos que debemos mantener el pasado por promesas que no deberían romperse.
La pregunta a hacerse siempre es: ¿De qué estamos llenos?
Si estamos llenos de vacío, de tristeza, de ausencias, de pérdidas…. es momento de cambiar aquello que nuestro interior contiene y dar lugar a una nueva realidad”. Daiana Slipak.

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Cuando algo se rompe.

“Los vínculos, al igual que las cosas, también se rompen. Ellos son muy frágiles... 
Cuando los tratamos sin atención, los manipulamos sin cuidado, y hacemos malabarismos con la gente que nos quiere, es factible que la relación se escape de nuestras manos, se caiga al suelo, y cual le pasa a los objetos más sensibles, se rompa en pedacitos.
Cuando algo se rompe, no puede volver a su estado original. Tiene reconstrucción, pero la pieza original nunca será la misma.
Una cerámica puede pegarse, aunque siempre que uno la mire, verá en ella las heridas que ha sufrido. Ningún pegamento, por más desarrollado que sea, puede volver la pieza a su forma original.
Ten cuidado cuando te relaciones con alguien, dijo Menjak. A veces, sin darnos cuenta, lastimamos y generamos marcas imposibles de remediar en quienes más nos aman”. Daiana Slipak.

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¿Tienes miedo?

"¿Tienes miedo?, preguntó Menjak
Bueno, el miedo no es malo. El miedo es una señal de que estamos saliendo de la zona de confort, y nos alerta sobre un posible peligro, un posible sufrimiento. Lo malo no es el miedo (porque incluso el amor trae asociado al miedo: miedo a perderlo). Lo malo es la parálisis. Lo malo es cuando por miedo a sufrir o a no vencer, directamente dejamos de arriesgarnos, dejamos de intentarlo. 
No existe una gran muerte, sino que uno va muriendo de a poquito. Como si todo aquello que no se hace, todo aquello que se calla, toda la felicidad resignada... quita trocitos de nuestro corazón, hasta que uno ya no puede soñar, no puede desear, no tiene ilusiones... Esos son los síntomas que hablan de que se va acabando lentamente la vida del hombre...
¿Todavía tienes sueños? ¿Lo intentas cada tanto? ¿Arriesgas aunque pueda doler? Cuanto más alto volemos, más dolerá si caemos... pero, la vista desde el cielo es única...
No teman equivocarse, dijo Menjak. Teman no intentarlo. Teman llegar al fin de la vida sin saber para qué nacieron...". Daiana Slipak.

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Aprender a dar.

“Cuando más le doy, es cuando más se aleja. ¿Por qué? 
Y Menjak le contestó:
Dar mucho no es sinónimo de amar bien. 
Como un vaso con agua, si uno da más de lo que el otro puede recibir, provoca un desborde. Aún mucho amor, dado de forma desmedida, produce daño. No importa la voluntad del dador, ni su buena intención… lo que hay que mirar a la hora de querer dar es la necesidad del receptor.
Muchas veces damos creyendo, erróneamente, que haremos un bien, ya que medimos nuestra acción de acuerdo a nuestro parámetro. Si a nosotros nos gustaría recibir algo, proyectamos el deseo, y creemos que el otro sentirá lo mismo.
Hay personas que no logran comprender esto y se exceden. Creen que cuanto “más amor, atención y contención” den, mayor será la ayuda que brinden al otro. Pero esto no siempre es así. De hecho, a veces, lo mejor que podemos hacer es retirarnos y dejar que el otro sienta una verdadera necesidad de recibir. Solo de ese modo, podremos acercarnos positivamente.
Cuando se le entrega mayor electricidad a un artefacto de lo que éste puede recibir, se produce un cortocircuito y explota.
No lo olvides…” Daiana Slipak

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No te encierres.

"No te encierres en tu dolor.
No lo hagas.
La soledad potencia el vacío.
Mis manos no podrán borrar el pasado,
Pero pueden secar tus lágrimas,
Sostener tu hombro,
Acariciar tu rostro,
Empujar tu paso.
No te encierres en tu dolor.
No lo hagas.
Cuando sufres, sufro.
Y si pese a todo no lo compartes,
Doble será mi angustia;
Dolerá el verte sufrir,
y dolerá el no poder acompañarte.
Deja que mi abrazo te calme,
Un ratito, aunque sea.
Me sentaré a tu lado, así, sin decir nada,
Pero con mi sola presencia sabrás que ya no estás solo.
Y nunca más has de estarlo.
No te encierres en tu dolor.
No lo hagas".
Daiana Slipak

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Abrir el corazón

"¿Por qué le cuesta tanto abrir su corazón?, preguntó una mujer. 
Y Menjak le contestó:
Muy por el contrario de lo que todos pensarían, esta gente es muy sensible y vulnerable. A veces se confunde con la indiferencia, se esconden en ella pero, muy en el fondo de ellos mismos, solo hay miedo al rechazo, al abandono, a entregar el corazón.
Se esconden en sus caparazones porque fueron heridos, o porque temen serlo, y saben que, dentro de las propias corazas estarán seguros y a salvo. El mayor problema es que, a la vez, estarán aislados e impedidos de lograr verdaderas conexiones de amor.
La palabra co-razón, representa aquel amor que se une a lo racional, y forma una unidad. La palabra capa-razón, es una capa, una barrera, un filtro, que se interpone en la razón, para que no pueda sentir.
Recuerda, dijo Menjak; amar nos vuelve vulnerables, pero el fruto debe romperse para que su corazón conozca al sol.
El encierro es un calmante, es un sedante que permite que una persona deje de sufrir. Pero el amor, el verdadero amor, es el único que puede sanar al corazón herido". Daiana Slipak.

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Juzgar

"La próxima vez que veas una persona con algún rasgo negativo, ten compasión de ella. No la juzgues, ya que dificilmente puedas comprender lo que ha sido vivir en sus zapatos. 
Debemos entender que cuando uno muestra crueldad hacia los demás no es ni más ni menos que un acto de crueldad desviada cuyo objeto era uno mismo. Odían, ya que se odían. Burlan, ya que se sienten (o sintieron) burlados. Desprecian, ya que han sido despreciados.
Lastiman porque el dolor es muy grande y no pueden sanar sus propias heridas.
La única forma de sanar esto es convocando al Amor.
Menjak nos invita a corrernos del lugar de jueces. Todos venimos al mundo a aprender. Algunos serán los actores malvados de esta obra de teatro... otros vivirán mucho dolor... y la gran mayoría se equivocarán, no intencionalmente, sino por ignorancia.
Ese es el guión que a cada uno les ha tocado representar.
Actuemos la obra concentrados en desempeñar lo mejor posible nuestro papel... dejemos de señalar cómo actúan quienes nos rodean, para mirar hacia nosotros mismos.
Dios, el director, se encargará de las correcciones necesarias..." Daiana Slipak

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Enciende tu luz.

"Un hombre le preguntó: Menjak, ¿por qué cuando intento hacer las cosas bien, es cuando peor me salen? 
Y Menjak le contestó: Te daré un ejemplo. Si enciendes una luz, cuando alrededor hay oscuridad, los bichos irán hacia ella. Se le pegarán, empezarán a dar vueltas en círculos a su alrededor. 
En el mundo espiritual funciona la misma regla... cuánto más queremos servir a Dios, también se acentúan la cantidad de "insectos" que nos rodean... Ellos están volando en la oscuridad, es su hábitat natural. 
Si crecemos, si damos pasos para ser mejores personas, nos volvemos más grandes. Y bien saben que si un objeto es más grande, la sombra que arroje, también lo será... 
Sin embargo, hay una diferencia con lo que sucede en el plano físico con los insectos. En el mundo espiritual, al afianzar nuestro camino e ignorar a quienes quieren desviarnos de nuestro objetivo de Dar Luz, logramos que ellos finalmente desistan y se vayan a "molestar" a otros sitios, en los que puedan producir efectos negativos. 
Ya lo sabes... cuando camines por el sendero de tu propio perfeccionamiento, y sientas que a cada paso recibes a cambio algunas bofetadas, hazte fuerte y continúa sin perder el equilibrio. 
En definitiva, lo que ellos buscan, es hacerte dudar, hacerte enojar, hacerte creer que nada vale la pena..." Daiana Slipak

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Peleas

“Y Menjak vio como dos personas se gritaban. Se acercó y les dijo: 
Es curioso como nos relacionamos. Si nos discuten, discutimos. Si nos gritan, gritamos. Si se enojan, nos enojamos. 
Esto es lo peor que podemos hacer. 
La oscuridad no es más que el ocultamiento de la luz. Si un cuarto está oscuro, a nadie se le ocurriría agregar oscuridad. Por el contrario, la forma de erradicarla, es llevando luz.
Cuando algo nos irrita, tenemos dos opciones: o descendemos al nivel de quién nos está provocando, o invitamos al otro a ascender con palabras amorosas.
Sé que parece difícil de lograr, pero el secreto está en la resistencia. Si se ponen a pensar, entre ambos polos de una lamparita hay una resistencia. Ella es quién permite conectar el polo positivo con el negativo y generar luz por medio de la unión de ambos.
Ahora ya lo sabés, dijo Menjak. Cuando algo o alguien te irrite, respira profundo, y genera resistencia a ese impulso de devolver con la misma moneda. Pronto la sensación de enojo se irá, y te darás cuenta que una nueva luz se ha encendido en tu interior. Toma esa luz para expresar tu amor…
No pelees, no odies… esas acciones no solucionan nada, y tan sólo contaminan tu propia alma”. Daiana Slipak.

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Vejez

"Menjak pensaba que la vejez no la determina la edad, sino la actitud. Es un estado del alma que comienza cuando los recuerdos gobiernan por sobre las proyecciones. 
Viejo es quien deja de mirar hacia el futuro, y permanece anclado en el pasado... 
Viejo es quien ya no despierta con una meta, quien no sueña con dejar su huella en el mundo, quien no tiene algo por lo que vivir, por lo que luchar, por lo que desvelarse en la noche...
Viejo es quien entierra las sonrisas, y da lugar a la nostalgia. Quien deja de soñar, quien cree que ya nada tiene para hacer...
Viejo es quien piensa que todo está perdido y deja pasar los días, sin más que esperar que llegue el final". Daiana Slipak

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Miedo al amor

"Le tengo miedo al amor, le dijo un hombre.
Y Menjak le contestó.
Al amor no se le puede temer. En realidad, lo que se teme es el abandono. En la gran mayoría de los casos, se tiene miedo al abandono porque se siente desestima por uno mismo. Si no lográs sostener ningún respeto personal, el amor puede llegar, pero va a resultar imposible que te sientas merecedor de él. En lo más profundo de tu interior, tenés una imagen negativa de vos mismo. Rechazás al amor por miedo. Miedo a que descubran quién creés que sos, y las carencias que suponés tener. Entonces, proyectás tu temor en el otro, te limitás como ser humano, entregás tan sólo una porción de vos mismo. ¡El peor error que podés cometer! Tan reales como lo creías, los temores se hacen presentes, cobran vida. Porque cuando la duda comienza a invadirnos, el amor inevitablemente se pierde, se contamina, se ve infectado por nuestros propios aspectos negativos.
Los miedos matan al amor.
Para poder amar hacia afuera, primero hay que poder amar hacia adentro. No podemos dar lo que no tenemos". Daiana Slipak

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Valorar

“¿Por qué necesitamos sufrir para valorar lo perdido?, preguntó una mujer. 
Y Menjak le contestó:
Todo proceso de aprendizaje suele darse por dos caminos; el del conocimiento o el del sufrimiento. Pero, es cierto, esta última opción generalmente es la más utilizada.
Te voy a explicar por qué... 
Si estás en un cuarto iluminado y encendés una vela, probablemente la luz de la misma sea prácticamenteimperceptible a tus ojos.
Supongamos que la luz de la habitación se apaga y quedamos a oscuras.
¡Ahora sí!
¡La luz de la vela se hace inmensamente fuerte!
¿Acaso algo ha cambiado?
Sí. Atravesar una situación oscura nos permitió tomar consciencia de una luz que siempre brilló pero no podíamos ver con claridad.
Lo mismo nos ocurre en la vida.
La vela siempre cumplió la misma función. Haya luz en el cuarto, o no, ella estaba iluminándonos. El problema se nos presentaba ante los ojos; por haber mucha luz, no podíamos percibir el valor de lo que teníamos alrededor.
La oscuridad suele tener ese efecto… a veces, un poco de ella, hace que podamos apreciar mejor cuáles son las velas que brillan siempre a nuestro lado.” Daiana Slipak.

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Ayudar

“Está triste, y no me deja ayudarle, dijo un hombre. 
Y Menjak le contesto:
Cuando una persona está mal, muchas veces necesita encerrarse sobre sí misma para procesar lo que le pasa por dentro. 
Imagina que tenés un fruto que aún no está listo para ser ingerido. 
¿Tenés idea cuál es la función que cumple la cáscara?
Ella sirve para protegerlo hasta que éste se vuelva maduro, y pueda salir al exterior. Ella lo conserva y le permite seguir desarrollándose por dentro.
Lo mismo les sucede a algunas personas; Cuando aún no están listas para expresarse, o para compartir lo que les pasa, se esconden en sí mismas y no permiten a nadie ingresar en su corazón.
Si se las fuerza y se les exige que se abran antes de tiempo, se echará todo a perder.
Lo bueno es que en la mayoría de los casos, sólo se trata de un proceso de paciencia y espera…
Mantenerse al lado y estar a disposición para cuando se produzca la apertura, es lo mejor que podemos hacer” Daiana Slipak.

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Rompecabezas

“La vida es como un rompecabezas, dijo Menjak. 
Cuando nacemos y vemos todas las piezas sueltas creemos que no hay orden, que todo es caos, y que nada tiene sentido. Lo más interesante es que, aunque no podemos verlo, el rompecabezas tiene cierta lógica y ciertas leyes de armado. 
El orden es absoluto, está prefijado de antemano por quien creó, diagramó y construyó el rompecabezas, y nosotros no tenemos decisión en cuanto al diseño total. En cambio, podemos decidir si colocaremos las piezas, cuánto demoraremos, o la secuencia del orden de las mismas.
Los problemas más grandes se producen cuando intentamos encajar piezas que no se corresponden y nos encaprichamos perdiendo el tiempo y la energía donde no debemos.
Cuando lo que deseamos no encaja en el modelo mental que tenemos sentimos frustración, dolor, impotencia y, en la muchos de los casos, desistimos del armado…
A medida que vamos avanzando por el camino, aprendemos que hay una lógica de fondo y vamos dándonos cuenta;
El amor coloca piezas; el odio las quita de lugar.
Ayudar a los demás coloca piezas; la indiferencia las quita de lugar.
La humildad, el arrepentimiento, y el perdón colocan piezas; la soberbia las quita de lugar.
La perseverancia, la paciencia, y el error, son partes inevitables del proceso”. Daiana Slipak.

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Consuelo

"Hace unos días, pasé por una situación muy difícil y no logro encontrar consuelo. ¿Podrás darme alguna palabra de aliento? 

No te desesperes si aún no encuentras consuelo. ¡Pronto llegará! Salir de la oscuridad es un proceso gradual. No podés pretender cambiar todo de un segundo para el otro. ¿Alguna vez prestaste atención a los horarios de la puesta del sol? Cuando llega el invierno, el sol se pone temprano, y es el día más corto del año. Podemos decir que es el día en el que más oscuridad hay en nuestro mundo. Ahora bien, a partir de ahí, se genera un cambio gradual, que culminará en el verano;
¡El sol comienza a salir cada día un minuto más temprano! ¡Cada día trae consigo un poquito más de luz!
Así es la vida, querida María. Luego de atravesar una situación oscura, vamos reponiéndonos poco a poco… hay que tener paciencia… cada día brillará con un poquito más de fuerza…
Pero no lo olvides; Disfruta el calorcito, disfruta la luz, mientras dure… porque, una vez más, volverá a llegar el otoño, y luego el invierno… los ciclos no se pueden detener, y ese es nuestro más grande desafío.
Quizá sea lo más difícil, pero debemos aprender a que el dolor no duela tanto y a que la alegría no nos enceguezca… “ Daiana Slipak

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Soñando

"Cuando el temor, el dolor, la duda, o el miedo se instalan en mi mente, pienso en que estoy soñando, y recuerdo la angustia que me producen algunas pesadillas por las noches. Ellas a veces parecen tan reales que me hacen transpirar, me aceleran el corazón, hacen brotar lágrimas de mis ojos. Pero, rato después, recuerdo aquellos momentos en los que despierto y me río, sabiendo que nada de eso eracierto, y que todo fue producto de mi imaginación.
Y quizá esto sea lo más grandioso;
¡Lo mismo me sucederá cuando despierte de esta vida, y descubra a Dios, y descubra el Verdadero motivo de nuestra existencia!
Pienso en que, probablemente, los sufrimientos vividos -y tan llorados, y tan sentidos- no serán más que imaginaciones de mi mente "dormida".

No temas, no sufras, no te apegues. Lo que deba ser, sucederá. Esta es la mayor lucha que libra el ser humano. La de confiar, la de aprender a soltar, la de dejar de lado el ego, el orgullo, la vanidad, los placeres materiales, el miedo… Tantas lágrimas… tanto sufrimiento… tanta felicidad desperdiciada… ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? ¿Con quién nos enojamos?, ¿a qué tememos? ¿qué nos frena?, ¿cuáles son nuestros valores? Si cerramos los ojos un segundo y pensamos; ¿qué es lo peor que puede sucederme?, nos daremos cuenta que ese miedo se minimiza… Nos preocupamos tanto... tomamos todo tan serio... y dejamos de vivir en la parálisis.
Se trata de caminar más livianos, con menos equipaje, con más consciencia de la verdadera esencia del ser humano, con relaciones más puras, más profundas, más sagradas... instalando a Dios en esta tierra… Tarea dificilísima, pero, cuando el amor es puro y carece de egoísmo, unimos ambos planos; el amor humano refleja el amor divino…

El tiempo es una ilusión... la vida transcurre en un abrir y un cerrar de ojos. ¿La vivimos, o nos vivió?" Daiana Slipak.

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Engaños

“Hablame de los engaños amorosos, le dijo una mujer. 
Y Menjak le contestó:
Uno busca afuera solamente cuando siente vacío adentro. Si uno está satisfecho con una situación, no tiene necesidad de buscar por fuera de ella. Esto ocurre en todas las áreas de la vida, no solamente en las relaciones. Por ejemplo, si una persona es feliz con el trabajo que tiene, y éste le retribuye acorde a su necesidad, ni siquiera se cuestionaría el hecho de realizar un cambio del mismo.

Volviendo al tema del amor; éste es como un vaso con agua. Si el vaso está lleno, no hay lugar, ni necesidad, de adicionar nada más a él. Pero además, tenés que pensar que el agua del vaso no es estática, sino que las personas beben de él y lo van vaciando cada día. Por eso, es importante el trabajo y la dedicación diaria para colmarlo con actos, palabras, y atenciones.
Lo bueno es que todo se puede reconstruir si existe la voluntad de hacerlo. Se trata de volver a vaciar el vaso (vaciarlo de rencores, de miedo, de dudas) y volver a llenarlo con amor, tolerancia y respeto”. Daiana Slipak.

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Enfermedades

"Menjak dijo: Hoy hablaré de las enfermedades. 
Al igual que se valora la luz gracias a que existe la oscuridad, uno valora realmente la vida en tanto existe la posibilidad de perderla. 
Cuando Dios creó al mundo, lo primero fue caos, oscuridad. 
De la misma manera, la posibilidad de estar enfermo, existe desde el arranque, desde el principio. 
La enfermedad es un caos posible de re-ordenarse. Cuando uno está en sus crisis más profundas es cuándo tiene en potencia una verdadera oportunidad de acercarse a Dios. Es una invitación que lo convoca; Algo no funciona, se exige un re-ordenamiento de la personalidad y del cuerpo para poder sobrevivir. Se nos exige al máximo, y generalmente nuestro apego por la vida, hace que, para lograr superar la enfermedad y el dolor, generemos cambios internos muy valiosos.
La enfermedad aparece cuando no se encuentra el balance del sentido a la vida. Cuando no se logra el equilibrio entre la materia y el espíritu. Para que sea armónico, uno tiene que lograr que ambos se balanceen. Es igual que caminar, donde uno debe alternar entre ambas piernas. Cuando uno no logra realizar este equilibrio correctamente, es cuando el cuerpo se cae al piso...". Daiana Slipak

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Dios.

“Dios mío, ayúdanos hoy a orar por el mundo. Abre nuestros corazones para desarrollar la empatía y la sensibilidad ante nuestro prójimo que está sufriendo. Tantas veces miramos para otro lado, no nos damos cuenta, y nos necesita tanto…
Dios mío, ¿por qué sentimos tanto odio e indiferencia por nuestros hermanos? ¿Por qué nos destruimos con tanta violencia? ¿Cuándo llegará el día que comprendamos que todos venimos del mismo lugar y comencemos a amarnos y respetarnos?
Te ruego que nos abras el corazón. Que nos ayudes a no permanecer quietos ante la crueldad, ante el dolor, ante la injusticia que hace que unos pocos vivan en la riqueza que cuesta tanta pobreza.
Abre nuestros corazones para sentir, nuestros ojos para ver, nuestras manos para dar.
Haznos un instrumento de tus caminos, ayúdanos a entender qué es lo que esta vida espera de nosotros, y danos las fuerzas para ir tras ello con verdadero amor y servicio”. Daiana Slipak.

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Aceptación

"La mayoría de los sufrimientos se generan porque uno anhela algo -o alguien- que no puede tener, dijo Menjak. El camino más fácil para dejar de sufrir se produce cuando aprendemos a aceptar que cada uno está donde debe estar y tiene aquello que debe tener... Cuando entendemos que Dios nos hizo únicos, y que nos dio aquello que necesitábamos para nuestra misión personal, comprenderemos que de nada nos sirve envidiar, o desear, las herramientas que otro tiene.
Mirar "lo del otro", suele ser el mayor problema al que nos enfrentamos en esta vida. Siempre creemos que si tuviésemos "ese auto", "esa casa", "ese trabajo", "esa pareja", nuestros problemas acabarían como por arte de magia. Entonces, nos quedamos luchando batallas que son imposibles, y no nos corresponden...
Imagina, por ejemplo, que tu misión en esta vida sea clavar un clavo. Dentro de tu caja de herramientas, has nacido con un martillo. Pero, tu vecino, tiene unas tijeras que te agradan mucho más. Pasas la vida intentando conseguir esas tijeras, (incluso ya te olvidaste que tenés un martillo a mano), y, en el caso feliz que las consigas, ahora debes esforzarte el doble y necesitas más tiempo, para lograr clavar el clavo pendiente...
Aceptá lo que la vida te ha dado. Y si aún no sabés qué es lo que tenés que hacer, entonces, la respuesta es simple:
¿Ya has revisado tu caja de herramientas?". Daiana Slipak.

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Sufrimiento

"Una vez más, me piden que hable del sufrimiento...
Les explicaré algo, dijo Menjak; el sufrimiento se suele dar cuando hay ego de por medio. Es simple de entender; "yo quiero algo que no tengo", "yo considero que algo no tendría que haberme pasado", "yo creo que eso no es digno de mí"..... Siempre, absolutamente siempre, está el cuestionamiento de que las cosas deberían ser de otra forma, y no lo están siendo.
Cuando uno deja de creer que uno "merece" y pasa a confiar en que lo que Dios nos dio es aquello que debemos tener, entonces, es cuando el sufrimiento pierde consistencia.
El ser humano no suele tener conciencia de qué es lo mejor para sí mismo. ¿Cuántas veces nos ha sucedido desgarrarnos de dolor por la ruptura de una relación, para luego descubrir que tiempo después, llegaría la persona indicada para nosotros? Sin embargo, hemos sufrido, llorado, gritado, quejado, y sentimos que el mundo se derrumbaba allí mismo...
Recuerda, dijo Menjak: La única forma de dejar de sufrir es aprendiendo a confiar en Dios. El mundo es demasiado perfecto para que sea producto del azar". Daiana Slipak.

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Tristeza

"Has hablado mucho del por qué se produce la tristeza. Ahora, ¿podrás decirme cómo sobreponerme cuando me siento triste?
Y Menjak le contestó:
En algunos momentos, la tristeza puede ser positiva (siempre en pequeñas dosis). La tristeza permite que aprendamos de lo ocurrido y nos superemos a nosotros mismos. Además, atravesar un dolor, ayuda a que desarrollemos nuestra capacidad empática y seamos más comprensivos con los demás.
Volviendo a tu pedido, hay algunas formas de luchar contra ella. Generalmente estamos tristes porque nuestros pensamientos están permanentemente enfocados en cosas negativas. Un primera opción es obligarnos a cambiar la cinta que escucha nuestra mente. Parece difícil, pero es un ejercicio. Cada vez que te sorprendas pensando negativo, cambia ese pensamiento hacia uno más feliz. Como segunda opción, podés buscar algo positivo que te haya dejado la situación (aunque sea secundario, te darás cuenta que casi siempre hay algo bueno).
Otra opción es obligarte a superarte. Si algo te genera tristeza, y se puede cambiar, entonces, concentrá toda tu atención en lograr el cambio. Esto no es quedarse llorando por los rincones. Hay que cambiar el sufrimiento pasivo por la búsqueda activa.
Y por último, recordá que tras la tristeza, se esconde el egoísmo. No existe mejor calmante y remedio que salir a brindar amor. Cuando estés triste, buscá a alguien a quien ayudar, extendé tu mano, da amor, generá momentos felices para otros. Aunque no tengas fuerzas, ¡tenés que obligarte a hacerlo!
Te darás cuenta que, la felicidad, es contagiosa... y aprender a dar, es el mejor, y más fácil, camino para vencer". Daiana Slipak

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Y la vida va pasando...

"Y la vida va pasando...

Y uno va cambiando y aprendiendo que las cosas no son lo que aparentan...
Que vivir es fácil... y que nosotros somos muy complejos.
Que cometeremos errores, y que debemos perdonar a quienes los cometan...
Que todo es efímero... y que tarde o temprano, nuestras manos quedarán vacías.
Que el amor es lo único que nos hace libres... y que ese es el terreno en el que debemos construir.
Que dar es el camino... y que preocuparse por los demás, hace que nuestra carga de dolor sea más fácil de llevar...

Y la vida va pasando y es imposible detener el tiempo.
Entonces uno se mira al espejo y se da cuenta que ya no es el mismo, que ha cambiado...

Que nunca volvemos a ser los mismos, nunca sentimos lo mismo, nunca vivimos lo mismo...

Que el tiempo alivia el corazón.

Que el sol sigue saliendo aunque dentro nuestro haya tormenta, y debemos aprender a pintarla con los colores del arco iris.

Y uno siente que cuando el tiempo avanza va perdiendo todo, sin darse cuenta que lo que ganó fue aún mucho mayor.

La vida es maravillosa, y no nos deja opción. Ella pasará igual...
No podemos elegir vivirla, pero si aprender a amarla". Daiana Slipak

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Vacío.

Siento mucho vacío dentro mío, le dijo un hombre.
Y Menjak le contestó: Las personas ubican la felicidad en cosas o vínculos que no tienen. Ahí es cuando comienzan los pensamientos del estilo "cuando él me ame voy a ser feliz", "cuando consiga comprar la casa voy a poder estar en paz".
¡Este es el más grave error humano! 
Pensar que algo nos falta genera ese vacío que da lugar a la búsqueda incesante.
Parecería que la naturaleza del hombre es siempre querer más de lo que tiene en el presente. E incluso cuando nos sentimos contentos, muy en el fondo, percibimos algo de tristeza por lo que nos falta.
Sin embargo, la tristeza no proviene de la carencia, sino del ego que se rehusa a aceptar que tiene todo para ser feliz. En definitiva, ningún objeto ni vínculo nos harán felices; cuando tenemos algo por mucho tiempo, la costumbre lo naturaliza y perdemos el interés.
El problema no es la búsqueda, porque la búsqueda nos ayuda a superarnos y crecer. El problema es el límite. El problema es que siempre esperamos tener algo más para ser felices. Lo que hay nunca alcanza. El problema es no disfrutar lo que tenemos mientras buscamos. Y sin dudas, el mayor problema, es creer que la felicidad está afuera, sin darnos cuenta que ella es una elección interna. Es verdad; una relación o un objeto pueden generar estados de alegría. Pero de ninguna manera ellos deben SER condición para nuestra felicidad". Daiana Slipak.

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Atrae felicidad

"Dijo Menjak: 
Hoy te voy a enseñar cómo traer felicidad a tu vida. Lejos de ser una condición externa, la felicidad es un estado del alma, y cultivarla depende de trabajar con nuestro interior. 
Te voy a dar una técnica. Te invito a que la pongas en práctica durante un mes, y compruebes cómo ha cambiado tu mundo.
En primer lugar, tenés que entender que uno atrae a su vida aquello que cree, que piensa, y que hace. El problema es que nuestra mente está permanentemente pensando cosas negativas, preocupada por el futuro, resentida con el pasado... y nosotros ni siquiera somos conscientes de la cantidad de tiempo que invertimos en pensar cosas que nos dañan...
¡Hay que empezar!
Lo más importante es tomar una decisión; ¡Basta de pensamientos negativos! Tenemos que aprender a controlar nuestra mente, y eso no es tan sencillo, pero tampoco es imposible. Si bien no podemos elegir los pensamientos que nos invaden, sí podemos elegir qué lugar les daremos. Es importante que empieces a supervisar los datos que circulan por tu cabeza. Tenés que hacer el ejercicio de supervisión varias veces al día. Interrumpí tu mente, y fijate qué pensamientos dan vueltas por ahí. Si son negativos, o simplemente no son constructivos (como la preocupación) existe un remedio; ¡hay que reemplazarlos por uno positivo! La mente no puede pensar en dos cosas a la vez, así que, el positivo ganará terreno...
Llevá adelante este ejercicio durante todo el mes. Si te resulta más sencillo, podés colocarte una pulsera de color, para que, al mirarla, ésta te recuerde que estás haciendo un trabajo de crecimiento personal.
Poco a poco te darás cuenta que tu vida exterior también comenzó a cambiar. No es magia, es una Ley Universal. Así funcionamos. Así funciona el mundo. Uno atrae a su vida aquello que es, que piensa, y que hace... si controlamos nuestros pensamientos, ellos controlarán nuestras acciones..." Daiana Slipak.

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¿Vale la pena?

“Cuando sientas tristeza, 
Cuando sientas que no puedes más, 
Cuando sientas que tus problemas pesan demasiado, 
Debes hacerte tres preguntas…
La primera de ellas; lo que me pasa, ¿es realmente tan malo?
Y yo te diré que, en la mayoría de los casos, no existe forma de saberlo. ¿Cuántas veces creemos que las situaciones fueron negativas pero, al contemplarlas desde el paso del tiempo, comprendemos que aquello no era cierto? Es imposible poder proyectar qué nos depara el futuro, y por lo tanto, imposible saber si aquella pérdida, aquel dolor, aquel enfrentamiento, aquel cambio, no nos traerá algo mejor. La mayoría de las veces, sufrimos sin motivo y, al pasar los días, nos reímos al recordar. Pero, ¿quién nos devuelve el tiempo que hemos perdido?
La segunda pregunta es; ¿qué es lo peor que puede pasarme?
Si te pones a pensar en profundidad, te darás cuenta cómo la angustia va desapareciendo.
Y por último, si estas dos preguntas no han alcanzado a calmarte, entonces, nos queda una última; ¿qué importancia tendrá todo esto en 100 años? Realiza un ejercicio; ve a un cementerio, o imagínate caminando por él… ¿Te das cuenta hacia dónde vamos?
Realmente, ¿vale la pena tu preocupación?” Daiana Slipak

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Equivocarse

“He cometido muchos errores, y siento tanta culpa, que me siento indigna de ser feliz”, le dijo una mujer. 
Y Menjak le contestó; 
Existe una diferencia enorme entre la culpa y el remordimiento. Mientras que el remordimiento se basa en reconocer que nos hemos equivocado, en tomar una postura constructiva, que ayude a la superación personal, la culpa es destructiva. 
La culpa se basa en una lapidación personal y, si no es controlada, puede llevar a depresiones, suicidios y la propia desvalorización. La culpa traba el crecimiento espiritual y personal.

Con esto no digo que uno deba continuar su vida como si nada. Se debe conservar el registro de nuestros errores, pero debemos usarlos para crecer a través de ellos. Tener conciencia de los defectos propios y las transgresiones que hemos cometido es el primer paso para poder corregirlos.

Todos nos equivocamos, no existe la perfección humana. A medida que avanzamos espiritualmente, también las pruebas se van dificultando, y la lucha contra los instintos e impulsos negativos que surgen dentro nuestro se va volviendo más compleja.
No es malo quien se equivoca, sino quien no realiza esfuerzos por mejorar, por querer ser mejor persona, por reconocer su error….
Tenemos que aceptar los errores que hemos hecho, con la sólida promesa de reparar el daño causado, más no sea, dándole el sentido de hacernos mejores seres humanos.
Recuerda bien estas palabras: incluso cuando todos ya se han olvidado de lo mal del pasado, nada nos resulta más difícil que el hecho de perdonarnos a nosotros mismos”. Daiana Slipak

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Miedo

"Una vez me dijeron que el miedo no se puede vencer... pero puede desaparecer. No vencemos la soledad, pero en un momento ya no nos asusta. No vencemos la muerte; ya no nos preocupa... Y el miedo desaparece cuando es comprendido, cuando al fin entendemos quiénes somos, cuál es nuestra verdadera esencia, y que jamás nos podrán quitar aquello que nos pertenece. Jamás nos quitarán el amor, si nos entregamos sin ataduras. Jamás seremos pobres, si no pensamos en términos de escasez. Jamás moriremos, si nuestra vida ha valido la pena..." Del libro "Las diez y diez de Menjak", Daiana Slipak. 

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Enojo

“Siento mucho odio dentro mío, dijo una mujer. 
Estás enojada, dijo Menjak... Y todo enojo proviene de un deseo insatisfecho... 
Nos enfadamos al sentir que la otra persona debería darnos algo y no lo está haciendo. En definitiva, el enojo es la distancia entre aquello que tenemos y aquello que deseamos. 
Siempre podemos encarar la vida de formas muy distintas. Deberías saber que, si hay enojo, está mediando el ego. En cambio, si hay perdón, y comprensión, está mediando la humildad.
La próxima vez que sientas enojo, ira, o frustración, debes tomarte unos segundos para responder la siguiente pregunta; ¿por qué debería aquella persona satisfacerme?, ¿qué obligación tiene de hacerlo?
No existen motivos para enojarnos...
Si alguien marca nuestros defectos; nos brinda una oportunidad para corregirnos.
Si alguien se enfurece injustamente; nos da la posibilidad de ayudarlo.
Si te enojas porque alguien no ha reconocido tu ayuda, o tu esfuerzo; es ego disfrazado y debes aprender a hacer las cosas sin esperar que te reconozcan a cambio.
Incluso cuando no comprendemos por qué las cosas se nos dan tan mal... debemos tener en cuenta que Dios utiliza seres humanos como mensajeros, o enviados, y ellos vienen a cumplir con su voluntad. En la mayoría de estos casos, las acciones responden a decretos divinos. Traen dolores que no logramos entender. Traen penas que cuestan procesar. Traen desdichas que nos obligan a salir de la comodidad. Y, una vez superada la bronca inicial, nos ayudan a realizar aquella misión para la cual ha venido nuestra alma a la tierra”. Daiana Slipak.

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Reparar

"Los tiempos han cambiado mucho, de eso no cabe duda. Siempre pienso en que el mayor de los problemas modernos es esa patética costumbre de cosificar los afectos. 
¡Es que le damos el mismo trato a las personas que a las cosas! 
En mi época, las cosas estaban diseñadas para durar. Cuando me fui de casa de mis padres, compré una heladera para que me acompañara toda la vida. Si las cosas se rompían, tan sólo se arreglaban. Nada se tiraba sin motivo, todo podía repararse. Las artefactos, si eran útiles, no se cambiaban por no estar a la moda. El mundo ya no es el mismo y parece exigirnos tirar aquello que aún sirve. No solo los productos se diseñan con menor vida útil, sino que también, los cambiamos por un modelo nuevo que traiga el cosito que hace no sé qué cosita distinta y novedosa. Y por supuesto, esta costumbre se fue extendiendo a las relaciones. Veo como los matrimonios se usan y se tiran ante la primera pelea. En casa eso no pasaba. Cuando algo se descomponía, conversábamos, por horas si era necesario, y evaluábamos los posibles ajustes para poder repararlo. No cambiábamos de pareja por descubrir un modelo más novedoso, ni vivíamos siempre pendientes de aquello que no funcionaba.
Pero ¿quién soy yo para dar clases sobre cómo vivir la vida? A los ojos del resto, soy una anciana sin utilidad".

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No dejes...

"No dejes que termine el día, por favor, no dejes…
Que no pase sin que hayas reído, sin que hayas amado, sin que hayas crecido. 
No dejes que se vaya, por favor, no dejes… 
No desperdicies tu tiempo intentando conquistar tesoros y trofeos. 
Porque las cosas más hermosas de este mundo tienen valor, pero no tienen precio. 
Que no se vaya sin que puedas mirar lo que no se ve.
Sin que aprendas a escuchar donde no hay palabras.
Sin que dejes huellas eternas en el tic tac del reloj.
No dejes que termine, por favor, no dejes…
Camina despacio, huele una flor, toma una mano…
Ríe con ganas, juega con niños, baila o canta…
No te acuestes sin emociones, sin gloria, sin sentido. No abandones tus sueños de hacer de tu mundo algo extraordinario…
Porque están los días muertos, esos que se van, así, en silencio. Sin dejar nada, sin pedir nada, sin ser nada. Y cuando te das cuenta, ellos se llevaron las horas y los meses. Y eso no merece ser llamados vida, sino muerte...
No dejes que termine el día, por favor, no dejes…" Daiana Slipak.

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Huellas

¿Han dejado huellas en la vida?
Siempre pensamos que dejar una huella depende de la persona que camina... 
Menjak propone un cambio de enfoque:
Dejar huellas también depende del suelo que elegimos para andar. 
Si nuestras relaciones son duras, rígidas y frías, como el pavimento, probablemente no queden rastros de nuestro paso por él. 
En cambio, si elegimos vínculos flexibles, como la arena, la cual es receptiva, y permite al pie amoldarse sobre ella, quedarán marcas profundas. Tan profundas como la intensidad con la que permitamos a otro pisar sobre nuestro terreno.
Acuerdense, siempre que tomen decisiones, que uno puede caminar por el pavimento sin dejar una huella... Del mismo modo, uno puede andar por la vida sin ser recordado, sin ser amado, sin haber generado un verdadero cambio...
¡Pisemos con fuerza, con determinación, y con amor, eligiendo el suelo correcto sobre el cual descansar nuestro pie". Daiana Slipak.

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Como el fuego.

“¿Ha terminado una relación importante en tu vida?, ¿te has separado alguna vez?, ¿tienes una relación de esas que sobreviven a todas las dificultades que se presentan en el camino? 

Menjak siempre hablaba de la fuerza de las relaciones. Decía que las crisis tienen el mismo impacto que el viento con el fuego. Si una pareja no tiene el amor suficiente como para soportarlo, al igual que sucede con una pequeña chispita de fuego, se apagará ante el primer soplido...
En cambio, si es lo suficientemente sólida y consistente, como una gran llama, el viento la avivará y la hará brillar con mayor intensidad aún.
Las crisis no necesariamente causan separaciones. De hecho, muchas veces, tras ellas, salimos fortalecidos en vínculo y calidad. Las rupturas se producen cuando el fuego se apaga, cuando la luz que unía a las dos personas va disminuyendo hasta perder consistencia. Cuando no queda nada que brille, nada que ilumine, nada que dé calorcito...
Recuerda esto cuando soplen los vientos...
Todo dependerá de la fuerza con la que esa relación sepa arder" Daiana Slipak.

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