Y ningún trabajo que me agrade, acotó una mujer.
Tampoco nada que me apasione, agregó otro.
Y Menjak les respondió:
A simple vista, parecería que nada brilla afuera. Nada los encanta, nada los apasiona, nada nos desvela…
Todos somos lámparas brillantes. Cada vez que tenemos miedo, una cortina se coloca sobre nuestra lámpara. Cada vez que caemos en el egoísmo, otra cortina se coloca. Todos los duelos no hechos, todas las tristezas no liberadas, todas las ansiedades, las frustraciones, la baja estima, la poca valoración… todos, colocan cortinas sobre nuestras lámparas. Y al final, ¡qué oscuro que se ve el mundo!
Cuando intentamos ver afuera, resulta que parece sucio, negro, sin vida, sin nada que nos agrade, pero… ¿está realmente oscuro? ¿Por qué no podemos ver? ¿Acaso no existe nada que brille? El problema no está afuera, el problema está adentro. El problema está en las cáscaras que nos envuelven. Por más que afuera haya mucha luz, no la veremos. Es que no debemos trabajar en el afuera. Ninguna búsqueda va a poder satisfacer nuestro deseo, porque el problema no está allí. El trabajo debe ser de adentro hacia fuera.
Recuerda, dijo Menjak; es como mirar a través de una ventana sucia y creer que el problema lo tiene el paisaje. El paisaje sigue siendo hermoso… la suciedad la tiene nuestra ventana…
Hay que aprender a limpiar… hasta que no logremos hacerlo, no podremos ver la vida con todos sus colores…” Daiana Slipak
Seguinos en FB: Reflexiones de Menjak
No hay comentarios:
Publicar un comentario