Ellos siempre nacen de la distancia entre lo que tengo y lo que querría tener. Se arraigan en el pasado con frases al estilo: "lo vivido ha sido mejor", o en el futuro: "lo que vendrá será mejor".
Como consecuencia, se paraliza el presente.
La mayoría de los sufrimientos son ilusiones. E incluso, siendo fundamentados, todo sufrimiento tiene un ángulo positivo, ya que nos permite crecer espiritualmente.
¿Cuántas veces nos ha ocurrido que situaciones que en un principio creímos negativas resultaron atrayendo a nuestra vida una gran bendición? En la mayoría de los casos, no podemos juzgar una situación como negativa, así que, podríamos empezar por ahorrarnos el dolor de sufrir innecesariamente...
Además, quitemos las exigencias y los enojos.... ¿por qué no habrías de sufrir? ¿por qué habrían las cosas de ser siempre tal cual lo has imaginado? ¿por qué deben satisfacerse tus caprichos? Cuando aceptamos los reveses como parte de la vida, dejamos de temerles tanto y la angustia por la aparición ya no forma parte de un fracaso personal.
Por otro lado, la aceptación y la confianza funcionan como calmante. Si una persona acepta la voluntad de Dios, y cree que lo que ha sucedido será para su propio bien, podrá aliviar los sentimientos de tristeza.
Recuerda, dijo Menjak. Desde la perspectiva del tiempo, cuando el sufrimiento nos abandona, y por fin nos recuperamos, es como si no hubiese existido". Daiana Slipak
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