Excesos.

Le he dado todo, todo de mí, y me ha dejado, dijo una mujer. 

Y Menjak le contestó: 
Los excesos nunca son buenos... 
A veces creemos que dar mucho amor, aún con intenciones puras, es lo mejor que podemos hacer, y no nos damos cuenta que eso no ajusta a las necesidades del receptor de nuestro cariño.
Hay que entender que, incluso mucho amor, puede resultar un exceso. Cuando un vaso tiene mucha agua, desborda... lo mismo pasa cuando uno llena y llena con líquido un recipiente que no lo puede -o quiere- contener. Lo que termina haciendo es que explote, se quiebre, o desborde...
Recuerda; ni excesos, ni carencias, resultan positivos. El problema está en los extremos...
Como la luz. Si hay mucha, o hay poca, da igual; En ambos casos, no podemos ver.
Como el agua. Si hay mucha ahoga, si hay poca, deshidrata; En ambos caso, mata.
Como el fuego; Si hay mucho quema, si hay poco, congela; En ambos casos, paraliza". Daiana Slipak.

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