miércoles, 20 de agosto de 2014

Encontrar la paz.

"No logro encontrar la paz duradera, siempre algo arruina el momento", dijo una mujer. 

Y Menjak le contestó: 
Como un saltador de atletismo, que necesita agacharse, para tomar el impulso necesario para llegar más alto, así también, en la vida, las subidas y las bajadas, son inevitables. 
Siempre creemos que la paz es estabilidad. Sin embargo, si visualizamos un electrocardiograma, la línea recta no indica otra cosa que la muerte. Es inevitable; en algunos momentos estaremos arriba, en otros abajo. De eso se trata latir y vivir.
El desafío que debemos afrontar es intentar que la línea vaya ascendiendo gradualmente. Que cada subida sea un poco más alta y que cada bajada sea un poco menos baja que la anterior... De esa manera, estaremos garantizando nuestra evolución personal.

Por otro lado, llegará la paz a tu vida en el momento en el que comprendas que ella no depende de situaciones externas. La paz es un estado del alma, que comienza cuando logramos aceptar. Aceptar quiénes somos, aceptar qué tenemos, aceptar lo que la vida nos dio, lo que hemos ganado, lo que hemos perdido. Aceptar nuestros errores, aceptar nuestros aciertos. Aceptar que cada cual vino a su misión personal, que nada es mejor que otra cosa, que nadie es mejor que otro, y que lo que se nos ha dado, es perfecto para el trabajo que debemos cumplir". Daiana Slipak

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