Van por la vida absorbiendo y absorbiendo agua, guardándola dentro suyo, y llenándose cada día más y más. Uno no se da cuenta de lo nocivo que resulta esto, sino hasta que una situación nos aprieta y desbordamos todo lo que llevamos dentro.
El agua representa aquello que fluye, aquello que cambia...
El problema se da cuando, en vez de dejar fluir al agua, la estancamos en la esponja. Nos sobrecargan las emociones, no aceptamos los cambios, no nos permitimos transitarlos...
¿Alguna vez pensaron en las propiedades del agua?
El agua da vida, pero a la vez, si es en exceso, el agua tiene la propiedad de matar, de ahogar, de disolver... Los cambios hacen lo mismo con nosotros. Si no podemos controlarlos, ellos nos controlan a nosotros, y nos asfixian.
El agua es utilizada en las religiones como elemento para la purificación del hombre, ya sea a través del bautismo o baño ritual. El agua es un elemento de limpieza espiritual.
El cambio, en sí, tiene el potencial para llevarnos a un estado de mayor pureza. Todo depende de permitirnos transitarlo y sumergirnos en él..." Daiana Slipak.
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