jueves, 25 de septiembre de 2014

Crecimiento espiritual.

“No tengo tiempo para ocuparme de mi crecimiento espiritual, se quejó una mujer.
Y Menjak le contestó:
La excesiva ocupación, trabajo y entretenimiento son formas de apartar la sensación de vacío interior que sentimos en nuestras vidas. Colmamos nuestras agendas para no tener tiempo de encontrarnos con nosotros mismos. Porque no podemos hacernos cargo de lo que nos toca. No podemos quedarnos en silencio ya que ese silencio significaría tomar contacto con nuestras emociones, pensamientos y angustias. Y les tememos. Nos tememos. Tememos quedarnos a solas con nuestro corazón.
Es más fácil buscar afuera que buscar adentro. Porque adentro está oscuro. Y el hombre le tiene miedo a su oscuridad y a sus fantasmas.
Paradójicamente, la verdadera felicidad se alcanza encendiendo la luz dentro nuestro. Para eso, hay que animarse a dar el primer paso, entrar a ciegas, atravesar los miedos, el pasado, el dolor, la culpa, y una vez allí dentro, encender el corazón. Tenemos que encendernos. No podemos vivir a oscuras. Una vida a oscuras es una vida desperdiciada. El ego nos convence ilusoriamente. Nos hace creer que tenemos todo, que somos importantes, que somos solicitados, que somos imprescindibles para nuestras empresas… pero esto no es cierto. Nadie es imprescindible para nada salvo para ser responsable de su propia felicidad. Y como estamos tan ocupados en lo urgente, descuidamos lo importante. Es tan así que si nos tomásemos unos segundos para mirar adentro, veríamos que está oscuro, y nos encontraríamos con que también estamos vacíos.
Es momentos de preguntarnos; ¿qué espera la vida de nosotros?
Encendamos la luz y comencemos a iluminarnos…” Daiana Slipak

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