martes, 9 de septiembre de 2014

Pérdidas

Y Julia le dijo: hablame sobre las pérdidas. 
Y Menjak le contestó: Pocas cosas atemorizan tanto al hombre como sufrir por ellas. ¿Sabes por qué duelen tanto? Imagina que están a punto de arrancarte un brazo. Sentirías temor, ¿verdad? Ahora imagina que, efectivamente lo están haciendo... ¿dudás que te dolería? Por último, piensa en continuar tu vida sin ese brazo... ¿se hará más difícil?
Claro, me dirás que eso es lógico. Y yo te contestaré que lo mismo sucede con las pérdidas no físicas. Cada vez que amamos a alguien, le entregamos una porción simbólica de nuestro corazón. Cuando esa persona se va, es como si estuviesen cavando muy profundo dentro nuestro, y arrancándonos un pedacito de vida.
¿Podemos acostumbrarnos? Sí, claro. Pero ya nada será lo mismo... Algo nos faltará siempre. El corazón seguirá latiendo, pero con un pedacito menos...
Recuerda, querida Julia: No es nuestro aquello que nos pertenece, sino que nosotros somos de aquellos a quienes pertenecemos. Somos de aquellos a quienes les hemos dado pedacitos de corazón". Daiana Slipak.

Seguinos en FB: Reflexiones de Menjak



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dolor

La única forma de sanar el dolor es entendiendo que él vino a tu vida a traerte un aprendizaje. En el preciso instante en el que logramos en...