Quizá estas sean las preguntas más importantes para responder en nuestra vida y, paradójicamente, son las que menos tiempo dedicamos. Pasamos nuestros días intentando acumular posesiones o corriendo detrás de problemas de poca significancia pensando que aquellas son las cosas que realmente merecen la pena.
Generalmente son las crisis, las tragedias, o la llegada de la tercera etapa de la vida, que hace que uno comprenda que dedicó sus minutos de manera errónea y comience a replantearse su propio rumbo.
Buscamos reconocimiento, buscamos riqueza, buscamos placeres, buscamos confort… y cuando nos dimos cuenta, conseguimos (o no) todo aquello, pero dentro nuestro estamos tan vacíos que siquiera sabemos quiénes somos.
Nunca pensamos en el sentido de nuestra vida, nunca comprendimos que ella tiene un propósito más allá de lo material (porque si lo hubiésemos pensado, habríamos comprendido lo absurdo de una existencia como aquella).
No dejemos pasar tanto tiempo…
Comencemos a preguntar…
Busquemos a quién nos enseñe. Preguntemos cuando no entendamos. Leamos libros con sabiduría. Ahondemos en la naturaleza. Escuchemos el silencio. Trabajemos en nuestro desarrollo interior...
Hay dos maneras de vivir la vida; una es vivirla. La otra es que la vida te viva a vos.
Es tu elección”. Daiana Slipak
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