martes, 9 de septiembre de 2014

Escuchar

“Él no me escucha, se quejó una mujer. 
Y Menjak le respondió: 
La mayoría de los conflictos que surgen en las relaciones se producen por incomprensión. Parece tan difícil entendernos, y sin embargo, ¡está tan a la vista! En el proceso de dar vida, se pueden observar claramente las diferencias entre la energía masculina y femenina. 
El hombre es quien tiene el potencial de dar la materia originaria para que la mujer pueda crear. Con esto no me refiero exclusivamente al plano material, sino a las pequeñas actitudes que hacen que una mujer se sienta valorada. Una mujer ama a un hombre cuando él le da seguridad, proporciona sostén, la escucha, la acompaña, la protege.
Una mujer es quién da forma. Un hombre ama a una mujer cuando ella hace florecer lo mejor de él, le ayuda a tomar nuevas perspectivas, a ver el mundo de manera diferente. Un hombre ama a una mujer cuando ella le brinda su apoyo y ayuda a desarrollarse.
Los hombres y las mujeres piensan, sienten y actúan diferentes. Los problemas comienzan cuándo no logramos comprender estas diferencias. Si ambos logran la sincronía y la cooperación armónica, entonces, una nueva vida se producirá y llenará sus corazones.
Y recuerda: Una cosa es común a ambos géneros y jamás cambiará; ambos deseamos amar y ser amados. Ambos deseamos ser valorados y respetados.” Daiana Slipak.

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