Imagina que todos somos lámparas luminosas. Ahora, imagina que, cada vez que algo nos lastima, cada vez que obramos incorrectamente, que no logramos realizar nuestra tarea de modo adecuado… cada vez que algo de esto sucede, se nos coloca una cortina sobre la lámpara que somos.
Entonces, da la impresión de que la luz se va apagando. Cualquiera podría decir que ésta ha dejado de brillar, que está oscuro en su interior… pero tienes que saber que, en realidad, tu luz sigue brillando con la misma fuerza debajo de todas esas capas de tela oscura.
Este es el gran problema que tenemos. No nos damos cuenta cuáles son las cosas que nos están tapando nuestro brillo interior.
El único modo de volver a ser felices (como cuando éramos muy pequeños) es quitando todos esos velos que tenemos encima nuestro que nos impiden expresar nuestra esencia más pura. Esos velos son producto de los miedos, del dolor que alguna vez hemos sentido, de los pensamientos oscuros que hemos tenido, de las malas acciones que hemos hecho…
¿Y cómo quitarlos?
El consuelo es que es muy simple hacerlo. Se irá uno cada vez que...
Hagas una acción de bien...
Ayudes a un ser humano...
Expreses y sientas perdón por los errores...
Reconozcas a Dios...
Busques dentro tuyo la verdad...
Domines la tentación de hacer algo incorrecto…
Y así, cuando te des cuenta… comenzarás a ser libre y brillarás con fuerza…” Daiana Slipak
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