Y Menjak le contestó:
El hecho de que estés hablando de tu relación pasada explica que ella es tu punto de referencia. Parece inevitable en el ser humano que, cuando intenta volver a amar, siempre usa de punto de comparación aquello que ya ha vivido. Es parte normal del duelo de separación el hecho de comparar las vivencias. Pero en tanto no puedas dejar de hacerlo, no podrás construir nada sólido. Si aún no aceptaste la separación que has vivido, entonces, será imposible volver a empezar. Es una batalla perdida de antemano. Todo lo que puedan darte será nulo en comparación con aquello que has tenido. Uno no puede comparar algo construido con algo por construirse. Sobre todo porque, con la distancia, solemos inmortalizar tan solo los buenos momentos, y olvidar todo lo que ha costado, todo lo que hemos trabajado para llegar hasta ahí. El amor es una construcción, pero para poder construir, primero hay que hacer lugar en la tierra para poder apoyar la estructura nueva.
Para poder volver a empezar, hay que deshacerse de la comparación, de los miedos y de la culpa que trae consigo el pasado. Cada persona que aparezca en tu vida será única y singular. No habrán dos iguales. No sentirás dos veces lo mismo. No se puede comparar… Para poder volver a empezar, hay que trabajar duro en la tierra, hay que ararla, hay que cavarla, hay que invertir tiempo y horas.
Recuerda, dijo Menjak; no esperes ver flores allí donde no has trabajado la tierra...” Daiana Slipak
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