martes, 9 de septiembre de 2014

Sufrimiento

"Y un hombre le dijo: Estoy sufriendo mucho, y no puedo ver con claridad.
Y Menjak le contestó: 
Es curioso que tanto la angustia como la emoción de la felicidad compartan una misma reacción por parte del cuerpo: las lágrimas. Esto se produce para que podamos recordar que los momentos alegres y los momentos tristes de nuestras vidas no se pueden disociar. Ambos son necesarios e inseparables. Nos viene a avisar que siempre debemos tener presente dos cosas:
La primera; Aún en nuestro momento de mayor felicidad existen personas sufriendo que necesitan de nuestra ayuda y nuestra mano. Ellas son las lágrimas que se escapan de la alegría.
Y la segunda: Allí donde hay tristeza, también hay mil motivos para sonreírle a la vida. Ellas son las lágrimas que asoman en la tristeza.
El aprendizaje es claro: cuando estés feliz, no debes olvidarte de quienes te necesitan. Y cuando estés triste, recuerda que los estados de la vida son pasajeros y que esas mismas lágrimas han caído en momentos que siempre atesorarás en el corazón. Que esos momentos volverán, una y otra vez, y que sólo se trata de esperar que las nubes negras pasen y llegue la calma...
Y ten presente: incluso allí, donde llueve la tormenta más oscura, Dios envía relámpagos de luz para iluminarnos". Daiana Slipak.

Seguinos en FB: Reflexiones de Menjak.



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