jueves, 11 de septiembre de 2014

Iluminación personal

"Y dijo Menjak: Te contaré un gran secreto. 
Para acercarse a Dios uno debe "embarazarse" de él. Primero se genera una "limpieza" en el organismo para que uno pueda acomodarse a esta nueva presencia que habita en uno. Esta "limpieza" puede venir acompañada de vomitos, fatiga, cambios de humor, sensibilidad...
Y cuando uno siente que finalmente se va acostumbrando es cuando se "rompe la bolsa". Entonces, cual le sucede a la mujer antes de dar a luz, uno llora, gime, grita, teme... debido a las fuertes contracciones que siente. Si uno desea servir a Dios, o realizar una acción sagrada, sentirá cómo las dificultades se van tornando cada vez mayores, incluso hasta llevar a la persona a considerar desistir de su propósito. Debe entonces gemir, clamar, y continuar firme en aquello que se corresponde a su misión del alma.
Lo más dificil es el comienzo, dijo Menjak. Al igual que el oro debe ser probado por el fuego para saber si es verdadero, se nos prueba a ver si somos dignos de algo tan valioso como es nuestra iniciación espiritual... " Daiana Slipak.

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