“Empecé un proyecto nuevo y me sale todo al revés. Estoy por desistir de la tarea –le dijo un hombre.
Y Menjak le contestó: Generalmente los comienzos vienen precedidos por el caos. Para construir un edificio, primero hay que hacer un agujero inmenso. Para que la tierra dé frutos, primero hay que cavar en ella y ararla. Para escribir un libro, primero hay que diagramar ideas confusas.
Todo proyecto comienza con una etapa preparatoria de confusión. Todo parece caótico, mezclado, sin sentido alguno. Sin embargo, si los propósitos son claros, finalmente las cosas se acomodan, y se produce un nuevo orden.
Siempre es necesario crear espacios. Para saltar alto, primero hay que agacharse y así tomar impulso. Para enamorarse, hay que tener un lugar disponible en el corazón. Para incorporar aire en nuestros pulmones, primero hay que exhalar lo que tenemos dentro.
No te preocupes si las cosas parecen desordenadas, dijo Menjak. El día no comienza con la luz. Recién amanece luego de algunas horas de atravesar la oscuridad. Sigue adelante, y espera a que comience a salir el sol". Daiana Slipak.
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martes, 9 de septiembre de 2014
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